Pintar con rodillo: 10 consejos prácticos que te ayudarán

Pintar con rodillo

¿Te has decidido por darle un repaso a la pintura de las paredes de tu casa? Entonces te recomiendo que tengas en cuenta los siguientes consejos que te proponemos para que el acabado sea estupendo, como si fueras un auténtico profesional.

Y es que la utilización del rodillo es fundamental para llevar a cabo el pintado de tu vivienda. Pero debes tener en cuenta que no todo sirve, ya que los resultados variarán mucho con respecto a la utilización de uno frente a otro. En este artículo te proponemos también una serie de consejos en cuanto a la utilización del rodillo para que los resultados sean estupendos. Te los explicamos, a continuación.

No todos los rodillos sirven

Como mencionábamos en la introducción, no todos los rodillos sirven o son buenos para llevar a cabo el pintado de las paredes o del techo. Hay que utilizar un rodillo de calidad que esté pensado para su uso profesional. Los rodillos de baja calidad, o los más baratos, suelen deformarse enseguida, además, la absorción de la pintura es mayor, por lo que es más fácil que chorree y caigan gotas al suelo o sobre nuestra ropa. No debes escatimar en gastos cuando se trata de la utilización del rodillo.

Utiliza un rodillo específico para paredes

Mi recomendación es que utilices un rodillo para la pared diferente al rodillo para el techo. En este caso concreto, te interesa hacerte con un rodillo que sea capaz de absorber una mayor cantidad de pintura para que puedas aplicarlo sobre la pared sin necesidad de estar remojándolo en el cubo de pintura cada dos por tres.

Utiliza un rodillo específico para el techo

Siguiendo esta misma línea, utiliza un rodillo específico para llevar a cabo el pintado del techo. En este caso, lo que interesa es utilizar un rodillo que no absorba tanta cantidad de pintura y que genere una capa más fina. Con ello evitarás que la pintura chorree y que las gotas caigan sobre el suelo o sobre tu ropa.

No hagas demasiada presión

Una vez que te encuentres utilizando el rodillo ten en cuenta que no debes hacer demasiada presión para que este no se deforme. Cuando estés utilizando el rodillo intenta no apretar, aunque tengas que aplicar varias capas sobre la pared. Ello alargará la vida útil del rodillo.

No utilices un rodillo viejo

El problema de utilizar ese rodillo viejo que tienes guardado en un rincón de tu casa o del garaje es que si no ha tenido un mantenimiento adecuado es posible que este se deshaga mientras lo estés utilizando. Es decir que se desprendan pedazos de esponja y que queden adheridos a la pared. Este resultado afectará negativamente a la estética de la pared y posiblemente tengas que repintarla.

Forra el rodapié

Para poder hacer uso del rodillo desde la parte superior de la pared hasta la inferior y aprovechar al máximo todos los espacios a los cuales puede llegar el rodillo, es aconsejable que forres el rodapié de la pared. De esta forma ahorrarás tiempo y mejorarás el resultado, evitando que este pueda ser manchado de pintura.

No mezcles colores

Por supuesto, si estás utilizando el rodillo con un determinado color no lo mezcles con otro hasta que lo hayas limpiado. Utiliza el rodillo para un único color.

Retira los excesos de pintura con papel de periódico

Una vez que hayas acabado de utilizar el rodapié, asegúrate de retirar los excesos de pintura con papel de periódico o con papel de revista. De esta forma te asegurarás que el lavado sea más sencillo y efectivo, sin tener que cambiar de agua tantas veces para que el rodillo se quede limpio.

Lávalo con agua o disolvente según el tipo de pintura

Según el tipo de pintura que hayas utilizado —ya sea pintura vinílica, pintura plástica, pintura de esmalte sintético, pintura de aceite, pintura ecológica, etc.— será aconsejable que limpies el vinilo con agua o que lo mezcles con disolvente para que el proceso resulte más sencillo. Asegúrate de retirar primero el exceso de pintura con papel de periódico.

Consérvalo en un lugar húmedo

Cuando acabes de utilizar el rodillo, asegúrate de guardarlo en un lugar fresco y a poder ser, algo húmedo, para que no se reseque la esponja y para que se mantenga en perfecto estado cuando decidas volver a utilizarlo. Por supuesto, fíjate en que la luz del sol no incida directamente sobre él.

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